¿Recuerdan cuando miraban los mapas? O ¿cuándo iban a la biblioteca?
Si naciste a
principios de los 90 quizás recuerdes esto. La forma en que vivieron
nuestros padres ha sido remplazada totalmente a través de los años con
el desarrollo de la tecnología, cada vez nos hemos vuelto más dependientes de ella.
Vemos televisión a través de
ella, escuchamos música a través de
ella en nuestros móviles, manejamos usando nuestros GPS, hacemos
pagos a través de nuestros móviles con la huella dactilar o con un
reconocimiento facial, cuando necesitamos saber algo se lo preguntamos a Google
o a Siri. ¿Necesitas comida? Al alcance de una aplicación nos la dejan en la puerta de la casa.
Escuchas palabras
nuevas que quizás no entiendes, “millenials”, “iOS”, “VR”. Cada día
agregamos términos que nos hacen cotidianos a través del tiempo, y nos acostumbramos demasiado a su
uso en nuestro día a día, que si no lo podemos usar por algún momento nos sentimos hasta desprotegidos.
El hecho que el 90%
de mis post para el blog los redacto desde mi móvil es un claro ejemplo de esto, o que desde el
mismo monitoreo mi sitio web, así como todas mis redes. Todo al alcance de mi
pantalla, mover cuentas bancarias, comprar desde comida, ropa, joyas, juegos, servicios,
hasta enviar dinero a nuestros países. Todo desde un sofá con un móvil en
la mano.
Sí, nos hemos vueltos dependientes de la tecnología pero esto no es necesariamente malo, ¿o sí? ¿Qué crees tú?
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