En los últimos años nos hemos convertido en una sociedad que
vive conectada y en la que los hábitos de consumo han cambiado. Instagram ha
formado gran parte de esto, cuando un lugar nos gusta, algo nuevo, algo que no
conocemos, inmediatamente lo queremos compartir en esta red social ya sea
mediante una publicación en el feed o una simple historia, algo breve que solo estará
disponible por 24 horas.
Pero, ¿Por qué compartimos lo que hacemos? Siempre ha
sucedido esto desde toda la vida, solo que las maneras de hacerlo han cambiado
y la inmediatez está a la orden del día. Y si tienes un negocio o producto que
quieres vender, ¿Cómo haces para competir y usar esto a tu favor? Muchas veces
el producto que se ofrece ya existe, un sitio de comida rápida, un café, o
incluso un cine. No se está inventando la rueda, ¿Qué es lo que hará que un
cliente vaya o compre tu producto en lugar de otro de la competencia? La
experiencia.
Supongamos que hablamos de un café, donde puedes compartir
una buena charla con un amigo, donde puedes trabajar desde tu laptop o incluso
ver tu serie favorita. ¿Qué preferirías? ¿El lugar que prepara un buen café
pero que su atención es pésima o el sitio que te ofrece un café quizás un poco
menos delicioso pero desde que entras te hacen sentir que eres bien atendido y
que sin duda no te provoca irte?
Hoy en día ante la tanta cantidad de productos similares, la
diferencia está en la experiencia y muchas veces no nos damos cuenta de que
realmente no estamos comprando el producto, estamos comprando la experiencia y
el momento que nos brinda cierto lugar. Muchas compañías están entendiendo esto
y por esa razón se han catapultado. Y tú, ¿ya estas creando experiencias para
tus clientes?
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